Sal en la herida

No puedo esperar nada de ti

si te vas aunque no del todo

y regresas, siempre,

del mismo modo.

No puedo pretender que te quedes

si lo he visto una y otra vez

que aunque me desviva por ti

tu no te mueres por nadie.

Si muerdo mis labios

pensando en ti

y tu no detienes la vista al mirarme

Si dejas que me muera de sed

mientras me riegas sal en la herida

abierta en sangre.

No puedo esperar de ti

más que limosnas esporádicas

un beso aquí y allá

así por caridad.

Mientras yo sigo arrojando

perlas en el lodo;

en tu colección

de corazones rotos.

Resignación

Ya me resigné a vivir para siempre
bajo la sombra de tu recuerdo.
A resistir tu nombre
para que no lo pronuncien mis labios.
A recordarte cuando me encuentre
bajo el aliento de algún mal amante.
A recordarte y en silencio celebrarte
el día de tu cumpleaños.
A revivir nuestra mejor cita de San Valentín
cada febrero.

Es que este intento de olvidarte es en vano,
es como querer arrancar un capullo
que apenas a comenzado a abrir.
Es vaciar un album de memorias
que aun me hacen reir.
Es borrar cada cinta, romper cada foto
de algo que me hizo tan felíz.

Por tus recuerdos lloro,
pero sin ellos simplemente no se vivir.
Viviré resignada,
inventandote una y otra vez
bombeandole al corazón
ilusiones y esperanzas
y pensando siempre en ti...
en ti.